libros
'Las cosas del fin del mundo', de Jenny Offill: la primera novela de una autora de éxito
narrativa
Tras el gran éxito de 'Departamento de especulaciones', se recupera la primera novela de la autora norteamericana: 'Las cosas del fin del mundo', con destellos de Carson McCullers. Crítica de Rodrigo Fresán
Otras críticas del autor

Antes de que hiciese saltar la banca en 2014 con 'Departamento de especulaciones' y siguiese en buena racha en 2020 con 'Clima', Jenny Offill (Massachusetts, 1968) había debutado en 1999 con esta 'Las cosas del fin del mundo', en su momento muy bien considerada ... pero recién ahora tomándose la revancha y siendo reeditada internacionalmente como cortesía del éxito de sus dos hermanitas menores.
Así, revisitada ahora, la paradoja de una génesis literaria con título apocalíptico y fondo y forma diferentes. Porque si en sus dos últimos libros Offill retrataba la crisis de la mediana edad (con espasmos 'fragmentaristas' que evocaban un tanto a Donald Barthelme y David Markson y, muy especialmente, a Elizabeth Hardwick y Renata Adler y Lydia Davis y Rachel Cusk y Lorrie Moore); aquí, con formas más clásicas, Offill se concentra en la adulta mirada infantil sobre lo adulto y en los desmanes de los minúsculos grandes sobre los inmensos pequeños. (Y no: no es casual que Offill sea también autora de libros infantiles ilustrados y muy bien considerados por los infantes con títulos como '17 cosas que ya no me dejan hacer').
NOVELA
'Las cosas del fin del mundo'

- Autora Jenny Offill
- Editorial Lava
- Año 2023
- Páginas 304
- Precio 21,90 euros
Así, con inevitables destellos de Carson McCullers y de J. D. Salinger (pero también de 'Vida hogareña' de Marilynne Robinson y de la Helen DeWitt de 'El último samurái') aquí llega Grace Davitt desde un pequeño pueblo en Vermont. Y lo hace con sus siete/ocho años de preguntas acumuladas y un futuro en el que, intuye, las respuestas no serán las más correctas o las que más le gusten y conformen.
En cualquier caso, antes y aquí, las afirmaciones que la mística Anna, su madre ornitóloga desempleada y políglota y posible ex agente de la CIA y un tanto desequilibrada (contraparte irreconciliable y exacta y científica y constitucionalista de Jonathan, padre profesor de Química más convencional pero casi invisible) ofrece a los interrogantes de la niña no dejan de ser fascinantes más allá de su poca aplicación práctica.
Offill se concentra en la adulta mirada infantil sobre lo adulto, en los desmanes de los minúsculos grandes sobre los inmensos pequeños
Así, Grace —expulsada de su colegio por problemas de comportamiento y educada en casa y pronto casi adicta a la construcción de listas de palabras y a enciclopedias que se ocupan de lo inexplicable y de lo estúpido— se mueve sobre las arenas movedizas de una niñez a la que, para no hundirse, se ve obligada a inventarse un nuevo y propio idioma que le ayude a comprenderse a ella misma y a todo aquello que la rodea y acorrala.
Áspera suavidad
Allí y entonces —en una habitación pintada por su madre de negro con estrellas fosforescentes— Grace recibe de parte de Anna información e instrucciones para enfrentarse a lo que vendrá advirtiéndole que en el calendario cósmico todo aquello que ha sucedido desde el principio de los tiempos puede ser comprimido y comprendido en apenas un año.
'Las cosas del fin del mundo'—menos supuestamente 'novedosa' pero tanto más sentida y sensible que sus sucesoras y que, por momentos, suenan a protagonizadas por versiones mayores pero no necesariamente más maduras o sabias de Grace— es el relato de ese año. Y es, también, una novela infinita en su domesticidad y atronadora en la áspera suavidad de una voz que, en sus últimos capítulos, ya parece estar preparándose para enfrentarse a todos los años por venir y al principio de otro mundo.
Bienvenida ella, bienvenidos nosotros.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete